La muerte de Gabriel Escarrer en estos días me ha traído a la memoria esta expresión suya, que él mismo relata tras su primer fracaso en las experiencias turísticas, por salirse de la actividad hotelera que era la que empezaba a dominar: haz bien lo que sabes hacer y deja lo demás para otros mejor preparados.
La sociedad balear actual se debate entre frenar el turismo, la saturación turística, la protección de los espacios naturales, la diversificación productiva, las nuevas tecnologías, etc.
Esta sociedad se encuentra realmente frente a un desafío por definir su futuro, y para solucionar este reto necesita de unos líderes y emprendedores que no se vislumbran aún en el horizonte.
Escarrer es un símbolo de esta generación de gente esforzada, que salió adelante a base de sacrificios y de una gran intuición. Representa a esta sociedad mallorquina de los años 50 y 60, que, sin gran formación, crea y saca adelante grandes empresas.
A aquella generación les sorprende la llegada de los primeros turistas, unos desconocidos extranjeros, que llegaban por su cuenta, llevaban dinero y ponían en valor todas aquellas tierras que para la sociedad local no valían nada. Era increíble lo que pasaba y abrían un nuevo mundo para aquella sociedad, poniendo en valor una cosa que para ellos no lo tenía: la arena de la playa.
Esta sorpresa y admiración provocó una reacción generalizada de la gente vislumbrando un mundo futuro, lleno de nuevas posibilidades. La gente trabajadora del campo o de la industria estaba deslumbrada por este futuro tan brillante que se les presentaba. Los domingos, esta gente sencilla y trabajadora salía de su hogar para ir a ver los hoteles que se construían junto a la playa, como símbolo de modernidad y progreso. Allí, los empleados cobraban su salario fijo, a final de semana, aunque lloviese o hubiese sequía y, además, ¡recibían propinas por su trabajo! La cosecha siempre estaba ahí para ellos, y a precio fijo.
Una minoría de esta población, acostumbrada a sacar provecho en la adversidad, vieron la posibilidad que se les presentaba, e intentaron aprovecharla. Acostumbrados a las dificultades, salieron los Escarrer y Barceló, luego los Fluxà, o los que vinieron de la península: Riu, Piñero, Hidalgo.
Pensando en lo que hicieron todos estos pioneros y espabilados en estos 50 años, sin base económica y científica, la pregunta que me viene es ¿cuál será el devenir en los próximos 50 años?
La realidad social es muy distinta, frente a una sociedad basada en el esfuerzo personal y acostumbrada al sacrificio, hoy tenemos una sociedad formada y acomodada, que ha perdido en parte la iniciativa, porque está satisfecha con su realidad. Vive de rentas y en una sociedad del bienestar, basada más en el ocio que en el sacrificio, pero, al mismo tiempo, con menos optimismo y confianza en sí mismos y en el futuro.
Esta sociedad es la que tiene el gran reto de salir adelante y cambiar la realidad social y económica que no le satisface. ¿Saldrán también unos líderes capaces de dar el empujón y crear una nueva sociedad como lo hizo esta generación de los 60?
El gran cambio que se ha producido también es a nivel económico global. Han aparecido las grandes multinacionales, las grandes empresas capitalistas que pueden comprarlo todo y acallar las iniciativas locales. No hay sentimientos, sino intereses.
Necesitamos otros líderes y emprendedores que transformen la sociedad local para que sigamos siendo los dueños y planificadores de nuestro futuro.
“Zapatero a tus zapatos”, lucha y transforma la sociedad con tu esfuerzo, para que no te impongan tu futuro desde fuera, sino que seas capaz de crear tu propio camino. Tienes ejemplos donde inspirarte. No fueron las cadenas hoteleras extranjeras las que tomaron el timón de nuestro futuro, no fue la élite económica y social del momento, sino el empuje de unos “iluminados” que supieron ver cómo aprovechar la realidad que tenían delante.
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