Una frase de Fernando Birri, adjudicada mediáticamente a Eduardo Galeano, define la utopía como el horizonte inalcanzable; si miras hacia el horizonte y caminas diez pasos hacia él, el horizonte se aleja diez pasos de ti. Por lo tanto, sabes positivamente que nunca podrás llegar al horizonte, y del mismo modo nunca podrás llegar a la utopía. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? El mismo Birri responde: para eso mismo, para caminar.
El pasado miércoles, día 27 de septiembre, se dio inicio al caminar de un nuevo proyecto. De la mano de la presentación del libro “Turisme o no turisme? Aquesta, lamentablement, és l’única qüestió” se expuso que la obra no acaba en su publicación, sino que tendrá vida propia en Homo Turisticus. Ambos elementos, libro y proyecto, pretenden contribuir a despertar conciencias de que otro mundo es posible gracias al turismo. ¡Y aquí tenemos la utopía! Primero que otro mundo es posible, y segundo, que lo sea intermediando el turismo.
En la presentación, a la que asistimos cerca de un centenar de personas, hubo momentos muy significativos, y no solo por parte de los tertulianos sino también de las intervenciones del público y en los comentarios posteriores en el magnífico patio de can Oleo donde, gracias al Consejo Social de la UIB, se llevó a cabo el acto. El Dr. Miquel Seguí Llinàs, profesor emérito de Geografía de la UIB nos aportó la serenidad propia de la edad y la sabiduría de su dilatada carrera académica. Nos hacen ver que no podemos juzgar el pasado con los ojos del presente, sino que hay que empatizar con las circunstancias de cada momento histórico para poder comprender por qué se hizo lo que se hizo en cada época.
Felip Boyero nos mostró su insatisfacción al ver en qué se ha convertido Mallorca después de los cerca de veinte años que ha vivido por América trabajando en empresas turísticas. Inconformista con lo que ve actualmente, está trabajando para contribuir, ni que sea con un granito de arena, a que otra Mallorca sea posible, y esto indudablemente pasa porque otro modelo turístico es necesario.
Y Helmut Clemens nos hizo ver que todo lo que pretendemos es, precisamente, una utopía. Son muchos los años que se han usado para consolidar los cimientos de toda una estructura social y económica, que costará mucho cambiar. También nos hizo reflexionar sobre la carencia de sensibilidad de los estamentos públicos a la hora de adoptar su rol de liderazgo en la planificación y ordenación, no solo del turismo, sino de todo el territorio.
Intenté moderar desde la provocación, porque de esto va todo esto: de provocar pensamiento, de provocar reacciones, de provocar actitudes, de provocar debate. ¿Quimera u utopía? No lo sé. Lo único que sé es que no sé nada, como decía Sócrates, pero intento cada día esforzarme para saber algo más. Soy consciente que provocar todo esto no es un camino ni fácil ni precisamente un camino de rosas. Nuestro cerebro está programado para luchar contra el cambio y para machacar cualquier intento de salir de la zona de confort. Por lo tanto, no espero levantar ovaciones, ni alfombras rojas, ni grandes invitaciones de bienvenida. Habrá tensiones, habrá voces discordantes y disonantes, habrá burlas y risas intencionadas.
Pero el aforo de los asistentes que vino a la presentación, a pesar de ser una audiencia amiga también había mucho de espíritu crítico en toda ella, me dio la señal que esperaba: ¡¡¡¡ahora es el momento!!!! Los ánimos y las advertencias de amigos y colegas no se hicieron esperar. En general, todo el mundo disfrutó mucho y pensamos que el discurso coherente e incisivo, respetuoso y profundo, reflexivo y mordaz, es un discurso necesario. Se necesita de este discurso, y yo estoy dispuesto a fomentarlo y a dar la bienvenida a toda aquella gente que se quiera adherir. Adherirse no quiere decir ni comulgar ni simpatizar con las ideas y experiencias que uno puede aportar, sino adherirse es la actitud de mentalidad abierta para generar un tiempo y un espacio de pensamiento y de acción en beneficio de un mundo mejor.
Un gran llibre